Volver al índice Presentación Carta desde Las Heras Entrevista a Jose Villalba Carta de Jose Villalba

¡Libertad a los trabajadores presos de Las Heras!
y a todos los presos polítcos

Pre­sen­ta­mos en es­tas pá­gi­nas una car­ta en­via­da por los com­pa­ñe­ros Da­río Ca­tri­hua­la, Ale­xis Pé­rez, Jo­sé Ro­sa­les y Bil­bao que, al igual que los de­más com­pa­ñe­ros pre­sos po­lí­ti­cos de Las He­ras, lue­go de ha­ber per­ma­ne­ci­do ca­si dos años en­car­ce­la­dos co­mo re­he­nes de los mo­no­po­lios pe­tro­le­ros de los cua­les el go­bier­no de Kirch­ner es sir­vien­te, han si­do ex­car­ce­la­dos, aun­que per­ma­ne­cen en pri­sión do­mi­ci­lia­ria.
La jus­ti­cia pa­tro­nal man­tie­ne el pro­ce­sa­mien­to a los com­pa­ñe­ros co­mo una es­pa­da de Da­mo­cles so­bre sus ca­be­zas, acu­sán­do­los de la muer­te del re­pre­sor Sa­ya­go y ame­na­zán­do­los con con­de­nar­los a vein­te años de pri­sión. In­clu­so po­drían apli­car­les la “ Ley An­ti­te­rro­ris­ta” san­cio­na­da por el Con­gre­so pa­ra uti­li­zar­la con­tra los tra­ba­ja­do­res que se re­be­lan con­tra el pac­to so­cial de la pa­tro­nal es­cla­vis­ta, los ban­que­ros, el go­bier­no y la bu­ro­cra­cia de la CGT y la CTA.
Si los lu­cha­do­res obre­ros de Las He­ras hoy se en­cuen­tran en un com­ple­to ais­la­mien­to –co­mo plan­tean en su car­ta- es por­que la­men­ta­ble­men­te han si­do aban­do­na­dos a su pro­pia suer­te por las co­rrien­tes de la iz­quier­da re­for­mis­ta que se han ne­ga­do a dar una lu­cha sis­te­má­ti­ca por su li­ber­tad, al pun­to que en sus cos­to­sas cam­pa­ñas elec­to­ra­les no di­je­ron una so­la pa­la­bra lla­man­do a lu­char por la in­me­dia­ta e in­con­di­cio­nal li­ber­tad de los com­pa­ñe­ros y de to­dos los pre­sos po­lí­ti­cos.
La lu­cha por la li­ber­tad de los com­pa­ñe­ros de Las He­ras es par­te de la lu­cha por el des­pro­ce­sa­mien­to de los más de 4500 lu­cha­do­res obre­ros y po­pu­la­res per­se­gui­dos por la jus­ti­cia pa­tro­nal ar­gen­ti­na, la mis­ma que de­ja li­bre a los po­lí­ti­cos pa­tro­na­les que tie­nen sus ma­nos man­cha­das con la san­gre de Te­re­sa Ro­drí­guez, Aní­bal Ve­rón, Kos­te­qui, San­ti­llán y los már­ti­res del 20 de di­ciem­bre. Es par­te de la lu­cha por la apa­ri­ción con vi­da de Ju­lio Ló­pez, por el cas­ti­go a los ge­no­ci­das de ayer y los re­pre­so­res de hoy y por el cas­ti­go a to­dos los res­pon­sa­bles del ase­si­na­to del do­cen­te neu­qui­no Car­los Fuen­teal­ba.
Es par­te de la lu­cha por la li­ber­tad de los mi­li­cia­nos an­tiim­pe­ria­lis­tas pre­sos en Guan­tá­na­mo, de los he­roi­cos com­ba­tien­tes de la re­sis­ten­cia ira­quí que se pu­dren en las cár­celes del régimen del protectorado yanqui, de los pre­sos po­lí­ti­cos en Nue­va Ze­lan­da, de los lu­cha­do­res in­de­pen­den­tis­tas vas­cos en­car­ce­la­dos por la co­ro­na y el im­pe­ria­lis­mo es­pa­ñol, y de los cen­te­na­res de pre­sos po­lí­ti­cos la­ti­noa­me­ri­ca­nos man­te­ni­dos co­mo re­he­nes por los go­bier­no y re­gí­me­nes ci­pa­yos sir­vien­tes del im­pe­ria­lis­mo.
Des­de la LOI(CI) - Democracia Obrera y la Fracción Leninista Trotskista lla­ma­mos a las or­ga­ni­za­cio­nes que se rei­vin­di­can de la cla­se obre­ra en Argentina y en todo el mun­do a res­pon­der al lla­ma­do de los com­pa­ñe­ros de Las He­ras, y lle­var ade­lan­te una fuer­te y cons­tan­te cam­pa­ña in­ter­na­cio­nal has­ta lo­grar su li­ber­tad y la de to­dos los pre­sos po­lí­ti­cos.


Carta desde Las Heras

Las Heras, 17/11/07

Nosotros, los presos de Las Heras, hoy bajo arresto domiciliario, nos sentimos cada vez más aislados, aún entre nosotros mismos, porque nos encontramos impedidos de movernos libremente incluso dentro de nuestra localidad.
Esta justicia nos ha impuesto  esta modalidad para impedir un reclamo de conjunto.
Tampoco tenemos precisión respecto al juicio que pesa sobre nuestras espaldas, como nuestra situación de procesados, ya que la misma justicia que nos mantiene así, acaba de liberar a Varizat. La misma justicia permitió a Sobisch, que se responsabilizó por la muerte del maestro Feuntealba, presentarse como candidato a presidente de la Nación en las últimas elecciones.
Porque seguimos siendo rehenes políticos de las petroleras y el gobierno, hacemos un pedido a todas las organizaciones que se reivindican de la clase obrera, para que levanten como demanda nuestra libertad incondicional.
Hacemos también un llamado a los trabajadores que están luchando y a los que salgan a la pelea, a que junto  a sus legítimos reclamos incorporen nuestra liberación el desprocesamiento de todos los luchadores de nuestra clase. Así también reclamamos nuestra reinserción en los puestos de trabajo.

CATRIHUALA, DARIO 30.202.932
PEREZ,  ALEXIS 31.465.941
ROSALES, JOSE 24.121.499
BILBAO 31.495.976


José Villalba, dirigente del Futradeyo, detenido en prisión domiciliaria

“Si el reclamo por la libertad de los presos políticos no es tomado por el conjunto del movimiento obrero o de los sectores con orientación clasista, vamos a seguir siendo rehenes de este sistema”

DO:¿A qué opi­nas que res­pon­de el que te ha­yan ex­car­ce­la­do y con­ce­di­do la pri­sión do­mi­ci­lia­ria?
JV: Pa­ra mí, la pri­sión do­mi­ci­lia­ria tie­ne dos ele­men­tos de aná­li­sis: uno, pro­duc­to de la lu­cha que se ejer­ció so­bre el po­der po­lí­ti­co, que vi­no de la ma­no de la de­sa­pa­ri­ción de Ju­lio Ló­pez y que se pro­fun­di­zó con la muer­te de Fuen­teal­ba. Y que em­pie­za a ha­ber un prin­ci­pio de coor­di­na­ción de or­ga­ni­za­cio­nes del mo­vi­mien­to obre­ro y el cam­po po­pu­lar. Pe­ro eso no al­can­za pa­ra nues­tra li­ber­tad. Por­que, nue­va­men­te, la bur­gue­sía se ade­lan­ta a nues­tros he­chos, de­sar­ti­cu­lan­do ese prin­ci­pio de or­ga­ni­za­ción, plan­tean­do la cues­tión le­gal del arres­to do­mi­ci­lia­rio, y don­de mu­chos com­pa­ñe­ros y or­ga­ni­za­cio­nes sa­len a plan­tear que los pre­sos ya es­tán en li­ber­tad; lo cual es una lec­tu­ra erró­nea, por­que se­gui­mos sien­do pre­sos, con el agra­van­te de su­frir y sen­tir el ais­la­mien­to por par­te de las or­ga­ni­za­cio­nes del cam­po obre­ro y po­pu­lar.
Y a su vez, ve­mos co­mo los mé­to­dos re­pre­si­vos de la bur­gue­sía se pro­fun­di­zan. Ahí es­tá el ejem­plo de los com­pa­ñe­ros del Ca­si­no, de que no so­lo usan a las fuer­zas le­ga­les si­no tam­bién las ile­ga­les, co­mo las pa­to­tas; el ejem­plo de la re­pre­sión a los pes­que­ros de Mar del Pla­ta. Es­to es a ni­vel na­cio­nal: en Neu­quén, en San­tia­go del Es­te­ro don­de los cam­pe­si­nos si­guen pro­fun­da­men­te per­se­gui­dos ju­di­cial, po­li­cial y pa­ra­po­li­cial­men­te. Los dis­tin­tos mé­to­dos re­pre­si­vos a ni­vel na­cio­nal del go­bier­no son ca­da vez más pro­nun­cia­dos. En es­te sen­ti­do, le­jos de pen­sar si­quie­ra que es­ta­mos en li­ber­tad y de­jar de lu­char por el con­jun­to de nues­tras rei­vin­di­ca­cio­nes, tan­to so­cia­les co­mo eco­nó­mi­cas, y por la li­ber­tad y el des­pro­ce­sa­mien­to de los pre­sos po­lí­ti­cos, de­be­mos pro­fun­di­zar en la cons­truc­ción de he­rra­mien­tas ne­ce­sa­rias pa­ra com­ba­tir con­tra es­te go­bier­no opre­sor.

DO: ¿Có­mo pen­sas que se pue­de lo­grar, có­mo po­ne­mos en pie esas he­rra­mien­tas?
JV: Con el de­ba­te fra­ter­nal de los com­pa­ñe­ros en ca­da con­flic­to obre­ro o del cam­po po­pu­lar. Si el re­cla­mo por la li­ber­tad de los pre­sos po­lí­ti­cos no es to­ma­do por el con­jun­to del mo­vi­mien­to obre­ro o de los sec­to­res con orien­ta­ción cla­sis­ta, va­mos a se­guir sien­do re­he­nes de es­te sis­te­ma. Es el mo­men­to de cam­biar. En nom­bre de las di­fe­ren­cias po­lí­ti­cas nos cues­ta has­ta coor­di­nar el más mí­ni­mo de nues­tros re­cla­mos. Te­ne­mos que de­sa­rro­llar la ma­du­rez po­lí­ti­ca que nos da tan­tos años de la lu­cha de la cla­se en el país y en el mun­do. En ese sen­ti­do, un pre­so po­lí­ti­co es un pre­so de la cla­se; por lo tan­to, es res­pon­sa­bi­li­dad de to­das sus or­ga­ni­za­cio­nes y or­ga­nis­mos co­mo tal ha­cer lo pro­pio. Y que pa­ra que es­to pue­da ser, te­ne­mos que ins­ta­lar­lo ha­cia el con­jun­to de la so­cie­dad en una for­ma de re­co­no­ci­mien­to del por qué de su si­tua­ción. Y es­to se lo­gra, pri­me­ro, con el con­ven­ci­mien­to po­lí­ti­co de que de­be ser así, y des­pués, con la coor­di­na­ción per­ma­nen­te de los di­fe­ren­tes sec­to­res, con una con­se­cuen­te agi­ta­ción y pro­pa­gan­da.

DO: ¿Qué les di­rías a los com­pa­ñe­ros de Mar del Pla­ta que hi­cie­ron un lla­ma­do a la Coor­di­na­ción a las or­ga­ni­za­cio­nes obre­ras y es­tu­dian­ti­les com­ba­ti­vas?
JV: Lo que no se es­tá te­nien­do en cuen­ta hoy -por lo me­nos por nues­tras di­rec­cio­nes- es al­go que los tra­ba­ja­do­res te­ne­mos so­bra­das prue­bas de que si no nos uni­mos por aba­jo, nos si­guen des­tru­yen­do por arri­ba. Y en ese sen­ti­do, las ex­pe­rien­cias más re­cien­tes de la cla­se, fue­ron la pri­me­ra y se­gun­da asam­blea na­cio­nal de tra­ba­ja­do­res ocu­pa­dos y de­so­cu­pa­dos (del año 2001, NdeR), que fue­ron in­ten­tos de coor­di­nar y que fue­ron ex­pe­rien­cias vá­li­das, y otras que en otros ám­bi­tos se vi­nie­ron dan­do. To­do eso de­mues­tra que nues­tras lu­chas por nues­tras rei­vin­di­ca­cio­nes, ya sean eco­nó­mi­cas co­mo so­cia­les, o por li­ber­ta­des de­mo­crá­ti­cas, si­ no las po­de­mos en­mar­car den­tro de la lu­cha po­lí­ti­ca que la cla­se de­be y es­tá obli­ga­da a dar, evi­den­te­men­te se­re­mos de­rro­ta­dos; por­que po­de­mos te­ner triun­fos par­cia­les o sec­to­ria­les, pe­ro sin una coor­di­na­ción na­cio­nal que plan­tee las rei­vin­di­ca­cio­nes co­mu­nes en un mar­co po­lí­ti­co y pa­ra ello ne­ce­si­ta­mos cons­truir esa he­rra­mien­ta. En ese sen­ti­do, to­man­do el plan­teo de los com­pa­ñe­ros de Mar del Pla­ta, que pro­po­nen la con­for­ma­ción o cons­truc­ción de un co­mi­té na­cio­nal de lu­cha, me pa­re­ce es­tá a la or­den del día po­der mi­li­tar­la ha­cia el con­jun­to de los tra­ba­ja­do­res, trans­for­mán­do­la en una re­fe­ren­cia po­lí­ti­ca de nues­tra cla­se. So­li­da­ri­dad con to­dos los con­flic­tos y uni­dad de to­dos los tra­ba­ja­do­res.


Carta de José Villalba a las organizaciones obreras y populares

Bue­nos Ai­res, 12 de agos­to de 2007
(FU­TRA­DE­yO y el Blo­que Obre­ro y Po­pu­lar).

Com­pa­ñe­ros:

Les di­ri­jo es­ta car­ta sin­tien­do qui­zás los mis­mos sen­ti­mien­tos de ra­bia por tan in­jus­ta pri­sión. Soy un tra­ba­ja­dor al igual que us­te­des, que hoy su­fre la cár­cel por no re­sig­nar­me a so­bre­vi­vir co­mo ellos quie­ren, y des­de mi lu­gar de lu­cha, un mo­vi­mien­to de tra­ba­ja­do­res de­so­cu­pa­dos (FU­TRA­DE­yO y el Blo­que Obre­ro y Po­pu­lar) de­nun­ciar a és­te y los an­te­rio­res go­bier­nos so­bre to­das las in­jus­ti­cias que ejer­cen so­bre el pue­blo tra­ba­ja­dor, y pa­ra ca­llar­nos me ar­ma­ron una cau­sa ne­fas­ta que só­lo tie­ne co­mo fin des­truir nues­tra or­ga­ni­za­ción y ate­mo­ri­zar al pue­blo. En re­cha­zo a es­ta in­jus­ti­cia es­toy en huel­ga de ham­bre des­de el 31/7.
Com­pa­ñe­ros, en es­tos du­ros mo­men­tos que nos to­ca vi­vir co­mo pre­sos po­lí­ti­cos, don­de por ló­gi­ca, tam­bién cas­ti­gan a nues­tras fa­mi­lias de las que so­mos sos­te­ne­do­res, no de­be­mos ba­jar los bra­zos. Ellos no de­ben de­rro­tar­nos, te­ne­mos un fu­tu­ro por­que lu­char.
Com­pa­ñe­ros, nues­tros car­ce­le­ros son tam­bién los car­ce­le­ros del pue­blo tra­ba­ja­dor, que en un país don­de sem­bra­mos, co­se­cha­mos y trans­for­ma­mos el tri­go en ha­ri­na, no­so­tros so­mos los que no te­ne­mos el pan en nues­tras me­sas; en un país don­de los mi­llo­nes de fa­mi­lias tra­ba­ja­do­ras no po­de­mos ac­ce­der a la sa­lud y por es­to mue­ren nues­tros hi­jos, her­ma­nos, pa­dres; don­de el co­no­ci­mien­to que­da só­lo pa­ra los hi­jos de los bur­gue­ses y pa­ra los nues­tros el anal­fa­be­tis­mo, la dro­ga­dic­ción y la re­pre­sión; de­be­mos po­ner­nos de pie pa­ra evi­tar que es­to con­ti­núe. No po­de­mos se­guir lu­chan­do ca­da uno por su la­do. Por eso les pi­do que no­so­tros, los que hoy su­fri­mos la cár­cel, con­vo­que­mos a con­for­mar un Fren­te por la Li­ber­tad y el Des­pro­ce­sa­mien­to de to­dos los lu­cha­do­res obre­ros y po­pu­la­res pa­ra que lo tra­ba­je­mos en con­jun­to. Es ne­ce­sa­rio que to­dos los es­pa­cios que ve­ni­mos cons­tru­yen­do, la Coor­di­na­do­ra An­ti­rre­pre­si­va del Oes­te, la Coor­di­na­do­ra por la li­ber­tad de los Pre­sos Po­lí­ti­cos de ca­pi­tal y La Pla­ta, el Es­pa­cio Me­mo­ria, Ver­dad y Jus­ti­cia, la Coor­di­na­do­ra An­ti­rre­pre­si­va del Sur, los uni­fi­que­mos en un plan de lu­cha co­mún que sea el pun­ta­pié ini­cial de una coor­di­na­do­ra na­cio­nal que nos nu­tra de una he­rra­mien­ta tan ne­ce­sa­ria de la que hoy por hoy ca­re­ce­mos. Ne­ce­si­ta­mos la fuer­za de la uni­dad.
Es el mo­men­to que las or­ga­ni­za­cio­nes pi­que­te­ras, so­cia­les, es­tu­dian­ti­les, uni­ver­si­ta­rias, gre­mia­les, cam­pe­si­nas, de los pue­blos ori­gi­na­rios y po­lí­ti­cas vean que es­te go­bier­no de Kirch­ner ha pro­fun­di­za­do su ca­rác­ter re­pre­si­vo y an­tio­bre­ro y po­pu­lar, que ha vio­la­do to­dos nues­tros de­re­chos, que só­lo sir­ve a los in­te­re­ses de su pro­pia cla­se.
Com­pa­ñe­ros, sea­mos los im­pul­so­res de es­ta ini­cia­ti­va, ha­gá­mos­lo jun­tos por­que así es­ta­mos a pe­sar de las dis­tan­cias y di­fe­ren­cias. Que nues­tra fe en nues­tro pue­blo sir­va pa­ra unir a to­das las or­ga­ni­za­cio­nes, a to­dos los tra­ba­ja­do­res que quie­ran un fu­tu­ro don­de no nos di­gan que la des­nu­tri­ción y muer­te no es una en­fer­me­dad, por­que no­so­tros hoy de­ci­mos que sí lo es. Es una en­fer­me­dad so­cial, que só­lo no­so­tros los tra­ba­ja­do­res po­de­mos erra­di­car.
Sa­be­mos que hoy nos cues­ta uni­fi­car, pe­ro to­dos so­mos cons­cien­tes que si no lo ha­ce­mos ya no só­lo no­so­tros no po­dre­mos sa­lir de la cár­cel si­no que más com­pa­ñe­ros de lu­cha cae­rán y, con ello, la bur­gue­sía y el Im­pe­ria­lis­mo po­drán de­sar­ti­cu­lar los gér­me­nes de or­ga­ni­za­ción de la cla­se y el pue­blo. Se­guir lu­chan­do sin uni­fi­car des­de las ac­cio­nes has­ta la pro­pa­gan­da es un avan­ce pa­ra el Es­ta­do. Se­rá de aquí en más mo­ne­da co­rrien­te en­car­ce­lar a tra­ba­ja­do­res, di­ri­gen­tes po­lí­ti­cos, so­cia­les, mi­li­tan­tes… No son las ac­cio­nes dis­per­sas las que nos li­be­ra­rán si­no un plan de lu­cha uni­fi­ca­do que pe­gue con tan­ta fuer­za co­mo el gol­pe que ellos nos es­tán dan­do. Em­pe­ce­mos por uni­fi­car una ac­ción co­mún un mis­mo día y con un plie­go co­mún, que sea lo su­fi­cien­te­men­te con­tun­den­te co­mo pa­ra pre­sio­nar por la li­ber­tad de to­dos los pre­sos po­lí­ti­cos.
Com­pa­ñe­ros, sea­mos cons­cien­tes que nues­tra li­ber­tad es­tá en nues­tras ma­nos, que el ene­mi­go cuen­ta con to­da una se­rie de le­yes pa­ra apli­car­nos a los que lu­cha­mos por li­ber­tad. Por la li­ber­tad de co­mer, de es­tu­diar, de ves­tir­nos, de tra­ba­jar, de pen­sar. És­ta es la li­ber­tad por la que lu­cha­mos. Por eso es­ta­mos pre­sos, por­que no va­mos a re­sig­nar­nos a que nues­tros hi­jos se mue­ran de ham­bre. Por­que no hay cár­cel que de­ten­ga es­tá lu­cha. Por­que no hay re­jas que pue­dan en­ce­rrar la re­bel­día. Y no hay ba­las que pue­dan ma­tar nues­tras ideas.
Com­pa­ñe­ros, le­van­té­mo­nos por las con­quis­tas de nues­tros de­re­chos vio­len­ta­dos, no más de­sa­pa­re­ci­dos, ni obre­ros ase­si­na­dos, ni pre­sos, ni pro­ce­sa­dos. Com­pa­ñe­ros, mis pen­sa­mien­tos y mi fuer­za es­tá con us­te­des.

Los sa­lu­do con pro­fun­do res­pe­to y es­pe­ro su res­pues­ta.

Jo­sé Vi­llal­ba
Pre­so Po­lí­ti­co
Des­de la Co­mi­sa­ría 1ª de Mo­re­no